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 En algún momento de la vida, las personas son susceptibles a cometer errores financieros, quizá gracias a un conocimiento escaso en este tipo de temas. Sin embargo, los errores se aluden, con mayor frecuencia, al grado de educación escolar o incluso género. Ser mujer implica retos en el ámbito familiar, social y, por supuesto, en el laboral, pero en el camino por llegar al éxito puede caer en muchos errores y de los que pueden afectar más son los sesgos financieros. Uno de los errores más frecuentes y sobre todo graves que comete el género femenino es delegar el control y la responsabilidad del dinero; en ocasiones, por sentirse sin las habilidades necesarias para hacer frente a esta responsabilidad, permiten que los demás las guíen o tomen decisiones en su nombre. Sin embargo, aunque sea su compañero, es importante trazar metas y objetivos, llevar un presupuesto y una buena planeación financiera.
Aquí tres errores financieros que algunas mujeres comenten:
1.- Dejar que su esposo o pareja administre el dinero sin tu participación o consentimiento. Pocos piensan que se van a divorciar, pero es mejor mirar lo que pasa alrededor. Algunas parejas terminan en conflictos legales fuertes debido a este tipo de situaciones, además de que es probable que alguno de los dos pierda libertad financiera. 2.- Mismo asesor financiero. Si el asesor está más involucrado con una persona, más que con la otra, y si no presta atención suficiente a los problemas de cada uno y de pareja (en cuestión financiera), es momento de contratar un asesor propio. 3.- No despeja dudas. Si evita verse como una mujer con poco conocimiento en finanzas personales, está cometiendo un peor error al incumplir. Diversas investigaciones muestran que las mujeres son más tímidas al momento de pedir explicaciones sobre términos financieros, sin embargo, no hay que formar parte de las estadísticas. Preguntar y despejar dudas llevará al camino hacia un mejor manejo de finanzas personales. Las finanzas personales son un reto de autocontrol, conocimiento, responsabilidad y objetividad, son conceptos que todos manejan y no están reservados para empresarios, es hora de romper creencias que le impiden avanzar con sus objetivos.
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